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viernes, 8 de marzo de 2019

VOLVER A ANDAR...

Bueno:

Me miro en el espejo, y veo huellas faciales, mi sensible cuerpo igual al de mi abuelo, y al de mi padre, delgados.  Miro a mis hijos, caminan, hablan, hacen gestos y gustos idénticos a los míos, la forma de caminar, de hablar, de enamorar, hasta de llorar,   no se puede negar que no sean mi propia prole.  Estoy viejo, en una etapa de querer hacerlo todo, hasta de lo imposible, me he vuelto regañón, facilmente irritable, y me considero sabio, de conocer y de saberlo todo perfectamente, pero que al final de cuentas, termino definiendo cada cosa en su lugar, para culminar en que todos sabemos un poco de todo, y que debemos ser incluidos en la hora de repartir el pastel.  Lo malo es que en estos precisos momentos, la historia es otra, a nosotros los viejos, nos cosideran inservilbes, estorbos, máxime si no tenemos centavos guardados para dejarles como herencia, a los que vienen atrás.

Con esto abro la puerta nuevamente, para seguir apuntalando ideas que a lo mejor pueden cambiar la mentalidad negativa  de estas nuevas juventudes. 8-3-19.    K'K'

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